La comadreja, en peligro por cuenta de los humanos.

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Un estudio realizado en las últimas dos décadas revela que este pequeño carnívoro es cada vez menos frecuente debido al cambio en el uso del suelo y al cambio climático.

La comadreja (Mustela nivalis) se extiende por todo el hemisferio norte y no está en peligro dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, las actividades antropogénicas podrían estar cambiando la estabilidad de esta especie.

Un grupo de científicos, liderado por el Museo de Ciencias Naturales de Granollers, documenta el caso de una población de comadreja que está sufriendo un fuerte declive en el noreste de la península ibérica.

El estudio, publicado en la revista Mammal Research, ha analizado las razones de esta disminución a través de la monitorización de su principal presa: el ratón de campo. Los investigadores observaron en seis parques naturales de la provincia de Barcelona un cambio en la abundancia de comadrejas en dos periodos concretos, de 1995 a 1998 y de 2008 a 2015.

“Las capturas de comadreja permiten señalar que estos carnívoros respondieron con retraso a los cambios en la abundancia del ratón de campo solo durante el primer periodo”, indica a Sinc Ignasi Torre, investigador en el museo catalán y autor principal del trabajo.

En ese primer periodo, los expertos creen que la presencia de la comadreja se debió a un brote de los ratones después de un año anormalmente húmedo, lo que aumentó la tasa de crecimiento de la población de roedores. Pero en el segundo periodo la situación fue muy diferente.

“La frecuencia de ocupación de la comadreja disminuyó entre el 57% y el 8,3% entre ambos periodos de estudio”, alerta el investigador. De 2008 a 2015, se produjo una sola captura del pequeño carnívoro, “lo que puso de manifiesto la falta de respuesta de las comadrejas frente a sus presas”.

Pero entonces, ¿qué está causando el declive de estos pequeños carnívoros en el noreste ibérico? Según los investigadores, la ausencia de actividad por parte de las comadrejas hacia los ratones podría relacionarse con la forestación, un proceso que se produce como consecuencia del abandono de la tierra y que consiste en establecer nuevos bosques allí donde históricamente no ha habido árboles.

“Este proceso hace que el hábitat de la comadreja sea cada vez más desfavorable, incrementa el riesgo de depredación entre rapaces y carnívoros, y disminuye la disponibilidad de presas como los micromamíferos”, señala Torre.

La aforestación afecta a las comadrejas porque estas prefieren espacios abiertos y las fuerza a usar los márgenes de las carreteras en entornos forestales, lo que incrementa el riesgo de atropello.

Otro de los factores que explicaría la disminución de estos animales es el cambio climático. Con el cada vez más acusado aumento de temperaturas y la reducción de las precipitaciones, los pequeños mamíferos tendrán cada vez menos alimentos, lo que repercutirá en su reproducción y reducirá la disponibilidad de presas para las comadrejas.

“El cambio climático podría perjudicar aún más el hábitat para las comadrejas en las zonas mediterráneas debido a los efectos indirectos sobre sus presas”, concluyen los autores en el estudio.

Según los científicos, los datos obtenidos podrían ser extrapolables a otras zonas del territorio peninsular donde se estén produciendo cambios ambientales similares.

Fuente: EL ESPECTADOR