Esta es la historia de Pedro Alonso López, más conocido como ‘El Monstruo de los Andes’. Este hombre es catalogado como el asesino en serie más temido del mundo.
Su historia se remonta al 8 de octubre de 1948 en Tolima. Allí, en su ciudad natal, Pedro Alonso vivió lo que significaría para él la época más trágica de su vida. Desde pequeño sobresalió su gusto por la sangre y la muerte, pues disfrutaba ver como mataban a los animales.
Su madre, Benilda López, era una mujer de carácter fuerte. Los castigos que ella le propinaba eran tan agresivos que hasta la prisión parecía poco para él. Tanto así que un día amarró a Pedro Alonso de un árbol y prendió fuego a sus uñas.
Todo comenzó en su propia casa, a tan solo 8 años de edad. Cuando su madre, quien se dedicaba a la prostitución, llegó a la casa, y encontró al pequeño intentando violar a su hermana. Ese fue el último día en el que el Pedro Alonso pisó su casa.
Su vida cambió
Luego de vivir en la calle, como un mendigo, fue adoptado a los 12 años por una familia americana. Cuando todo parecía volver a la normalidad, otro evento desataría la furia de Pedro. Un profesor abusó sexualmente de él, obligándolo a volver a las calles.
De pueblo en pueblo caminó sin rumbo este joven, pero fue cuando cumplió 21 años de edad, que terminó en prisión por el hurto de vehículos en Bogotá. Fue allí cuando su verdadera furia salió a relucir, pues fue violado por 3 reclusos, episodio que le cambió la vida.
Pasó 9 años en la cárcel, luego de haber asesinado a sus presuntos violadores. Sin pensarlo, este sería el detonante que lo llevó a poner fin a esa vida y lo convirtió en el temido asesino que es hoy. Sus experiencias del pasado lo hicieron prometer dejar atrás a la víctima y convertirse mejor en un victimario.
En entrevista con El Tiempo, la madre del ‘Monstruo de los Andes’ afirmó que ella no tiene la culpa de los errores de su hijo, pues “él es un hijo malo”.
Su primera víctima fue en Bogotá, una niña que llevó a una montaña a cambio de darle unos dulces. Al llegar allá rompió sus vestimentas, la violó y luego la estranguló. Luego de esto, sintió tanto placer que dijo que seguiría haciendo eso toda su vida.
Algunos psicólogos expertos aseguran que estas conductas se remontan a una vida marcada por la violencia, sobre todo desde la infancia. Pues de forma inconsciente comienzan a crear pensamientos de rechazo y odio.
Cabe resaltar, que ninguna razón puede justificar los delitos que este ‘Monstruo’cometió.
Lo peor estaba por venir
‘El monstruo de los Andes’ no solo acabó con la vida de más de cientos de menores en Colombia, también atrevesó los Andes para llegar a países como Perú y seguir con su prontuario.
Las tribus indígenas eran su lugar favorito para operar, pues era más fácil engañar a estas niñas entre 8 y 12 años por medio de regalos. Sus “presas” favoritas nunca sobrepasaban los 13 años, cuando lograba ganar su confianza, las llevaba lejos, las golpeaba, violaba y finalmente las ahorcaba. Algunas veces amanecía abrazado de sus cadáveres y luego las volvía a violar.
Siempre hacía sus fechorías en plena luz del día, pues disfrutaba verlas a los ojos mientras poco a poco se quedaban sin respiración. En algún momento el Monstruo de los Andes dijo que sus favoritas eran las ecuatorianas, pues son más inocentes que las colombianas.
Más tarde, cuando casi es asesinado por un grupo indígena migró a Ecuador, donde siguió haciendo de las suyas.
Bajo el mismo modus operandi durante varios años este asesino perpetró a más de 100 niñas en ese país. Hasta que un día fue descubierto in fragante mientras trataba de secuestrar a una niña y fue descubierto por la Policía.
Pedro Alonso López no tuvo temor de confesar sus crímenes, por los cuales fue condenado a 16 de prisión a las 32 años. La condena máxima en Ecuador.
En las confesiones de este atroz asesino publicadas por El Tiempo, no se evidencia ni una pizca de arrepentimiento, al contrario narra su excitación al matar.
“Algún día, cuando esté en libertad, sentiré ese momento de nuevo”, confesó.
Años más tarde el Monstruo de los Andes fue extraditado a Colombia para pagar por los delitos cometidos en este país.
Recobró la libertad
Para muchos queda un sinsabor al pensar que la justicia no existe. Suena descabellado pensar que un hombre que violó y asesinó a más de 300 menores de edad disfrute de su libertad.
Pedro Alonso pasó 4 años en una clínica psiquiátrica, en donde fue diagnosticado como una persona “inimputable”. Es decir, cuando cometió los delitos de los cuales se le acusa “no sabía que estaba haciendo”.
Luego de un año de libertad, como pedro por su casa, este hombre decidió renovar su cédula. Muchas dudas quedaron luego de esto, pues no se sabe con certeza si el asesino falsificó documento y engañó a las autoridades durante muchos años.
Cuando se busca el nombre del Pedro Alonso López aparece como muerto y además sin antecedentes criminales.
En otros países posiblemente este hombre tendría cadena perpetua, pero en Colombia decidieron ponerlo en libertad.
Hoy por hoy nadie sabe de él, donde está o si murió, cómo murió. Un cabo suelto, un asesino que burla y manipula a la justicia. A sus 70 años posiblemente recorre las calles del país recolectando más víctimas para sumar a su larga lista.
La autoridades de nuevo han emprendido su búsqueda. En cada nuevo caso que aparece en estas regiones retumba el nombre de el ‘Monstruo de los Andes’.
Fuente: COLOMBIAN