Los hechos ocurrieron a comienzos de la década de los 2000, en Juan Frío (Norte de Santander). Ya no funcionan estos hornos, pero continúan vigilados por grupos armados que no quieren que se sepa los detalles de lo que ocurrió allí. Los habitantes cargan con el estigma de este atroz momento, pero entre todos están construyendo un nuevo territorio de paz.
Existen muy pocos registros de los hornos. Ni entidades del Estado pueden ingresar a estos sitios por presencia de actores armados. / Cortesía: Javier Osuna.
Fuente: El Espectador
Carolina Ávila Cortés / @lacaroa08